¿Por qué seguimos experimentando dificultades, tentaciones y desafíos, a pesar de que Dios nos ha prometido gozo y plenitud? La respuesta de la Carta a los Hebreos es que Dios usa estas cosas para nuestra madurez y nosotros alcanzaremos nuestra meta si mantenemos constantemente nuestros ojos en Jesús. Jesús mismo es nuestra mayor alegría y plenitud, ¡incluso en este mundo!